La neblina intrigante

 La neblina es un fenómeno sumamente intrigante e interesante. Me ha pasado, que en algún camino de algún retirado destino, en el auto presenciar a la madrugada una neblina espesa y opaca. Con sorpresa ir por una calle supuestamente alumbrada por farolas que al avanzar van apareciendo como por arte de magia a unos 3 o 4 metros de distancia, con todo lo más lejano que eso siendo invisible.

La neblina además la tenemos relacionada con el frío. Se sabe que ocurre generalmente en temporadas invernales o regiones de alta montaña, a las madrugadas o a las noches. La neblina está muy relacionada con esos relatos tenebrosos y espeluznantes. Parece que el ser humano tiene una fijación por el temor al no poder mirar. Saramago hace un ejercicio literario sumamente interesante en su "Ensayo de la ceguera", donde la problemática gira ampliamente sobre la complicaciones y el contexto de personas que no pueden ver, y donde quien si puede hacerlo, se encuentra en una posición de sumo peligro, con el temor de llegar a ser expuesta y acusada por sus compañeros si la llegaran a descubrir (una mujer es la única capaz de poder ver).

Otra obra que hace alución del temor de no poder ver es la película "Birdbox", la cual tengo que reconocer que hasta este momento no he visto, pero de la cual he leido reseñas bastante interesantes, donde la primicia y la imagen de promoción de la película donde se muestra a la protagonista junto a sus hijos con los ojos vendados y una expresión de terror en sus rostros, resulta bastante convincente para hacernos entender que algo malo esta sucediendo y que la vista no será la que nos aclare esa situación, por lo menos no pronto.

Otra neblina de la vida pueden ser las cataratas, ese mal que está muy relacionado con los viejos y que por fortuna es posible contrarrestar en muchos de sus casos. Recuerdo a mi abuela cuando contaba de sus cataratas y como decía que podía oir a quienes estaban alrededor y reconocerles por ello, pero al intentar mirar cada vez era capaz de ver menos detalles. En los últimos recuerdos que tengo de ella me viene la imágen de sus ojos opacos y blancos, sin intención de enfocar ni esforzar para poder identificar algo. Aceptando la vista nublada, nublinosa, opaca, borrosa; fue que mi abuela terminó sus días, aprendiendo a no temer de las siluetas que era lo único que podía identificar. A valerse de otros sentidos, disfrutando de las voces de sus seres queridos. La vista no lo es todo, puede haber diferentes tipos de neblinas, y peor, también, que sin neblina real seamos capaces de ver más allá de nuestras egocentricas narices.

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