Y de la nada, vuelven a servir
Las cosas a veces sirven, de la nada dejan de servir, y luego, de la nada vuelven a servir. Estaba en la cocina preparando el desayuno como de costumbre, cuando al hacer uso del tostador, algo desesperanzado, me sorprendí de corroborar que está volviendo a funcionar. Cosa interesante. Hace ya unas semanas el tostador venía sin accionar el tope que consigue la bandeja se quede abajo para calentar el pan. Al no funcionar este pequeño dispositivo mecánico, del cual el funcionamiento exacto lo desconozco, uno se veía en la necesidad de quedarse ahí empujando la palanca para mantener el tostador encendido y el pan abajo calentándose. Yo ya me había resignado a que sería así, que tendría que pasar 4 o 5 minutos irrecuperables de mi vida esperando y mirando como el pan se va tostando, ¡y además! calculando que no se me vaya a quemar. Es curioso cuando uno se acostumbra a una comodidad, pero es más curioso cuando uno se acostumbra a una incomodidad, hace valer ese dicho que sabiamente decía